Relato de los jueves: Los Reyes Magos
En
los primeros días del mes de enero cuando el sol se empieza a despedir, me
gusta salir a caminar por la ciudad. La temperatura se siente agradable y hay
menos gentes. En Buenos Aires, donde el resto del año es un caos de tránsito,
turistas, y transeúntes que van y vienen como hormigas, es un placer verla tan
desierta, al menos por unos días.
Los
primeros días del verano ya instalado, coincide, con la llegada de los Reyes
Magos. Las jugueterías están abierta hasta altas horas de la noche, y más
aún los días 5, donde los padres aprovechan a buscar algún juguete para la
ilusión de los más pequeño.
¡Me
encanta! Desde pequeña que les he dejado pasto y agua para sus camellos, me los imaginaba
intercambiando saludos con mis padres, mientras dejaban algún regalo que
seguramente me hacían feliz al despertar. Con los años, los seguí disfrutando,
de otras maneras, repitiendo el pasto y agua con mi hijo.
Ahora,
ya con plena conciencia de la ilusión, muy dentro mío, espero a esos tres
sabios que guiados por la estrella de Belén fueron al encuentro del niño Jesús,
en ese establo tan austero y colmado de amor y sabiduría.
Quien
sabe, si una noche de un cinco de enero, me los encuentro cerca del obelisco rodeados
de los miles de niños/as que andan descalzos por la ciudad a esas horas de la
noche, buscando alguna ilusión y que tres Magos sabios les devuelva la esperanza.
¡Felices
Reyes!!
Los
Reyes Magos se fueron para la casa de nuestra amiga Campirela
Qué lindo lo has contado, y algo que me sorprende es que allí estáis con el calor a pleno pulmón y nosotros con frío y nieblas que estos días nos están acechando. No me imagino unos reyes con manga corta y tomando el sol, pero eso nos hace pensar en la magia de la vida, en el mismo planeta y viviendo diferentes estaciones.
ResponderEliminarGracias, por sumarte, espero que nunca pierdas la ilusión de esa noche. Besos
Un bonito texto. En Buenos Aires, con calor, qué bonito sería que los Reyes llevaran salud y bienestar a tantos niños que ahora están con deficiencias.
ResponderEliminarUn abrazo, Cecy, y feliz noche de Reyes
Creo, creo en la magia de los tres Reyes, hay personas que saben contagiar la alegría, son los pajes de sus majestades y estan por todas partes. Una historieta: mi amiga vivía sola y los reyes le trajeron ( de su parte, claro) unos guantes y los envolvió por separado, tuvo doble "alegría" . Un abrazo
ResponderEliminarHola Cecy, qué curioso, me cuesta acostumbrarme, allí verano, aquí invierno... Supongo que los niños inician las vacaciones de verano con los Reyes, ¿no? O ya las habrán iniciado supongo. Te ha quedado muy bien la narración, lo has contado con la magia de esa noche latente en cada palabra. Un acierto de texto.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Para los que estamos al otro lado del charco, nos sorprenderia ver llegar a los Reye Magos en verano! Aunque ese clima, sin duda, es mas apropiado para ellos! Je je! Un abrazote!
ResponderEliminarQué la ilusión nunca se nos pierda. Un abrazo Cecy! Qué los reyes te traigan un lindo regalo!
ResponderEliminarYo estoy convencido de que esta noche mágica tiene algo de realidad...Por aquí ya es invierno, llueve y hace frío pero en mi corazón existe la calidez y la ilusión de que los Reyes Magos aún existen como existe Dios.
ResponderEliminarUn saludo de Buscador
Niños buscando ilusión para que els devuelvan la esperanza. Un mensaje precioso.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu contribución al reto.
El mejor regalo es espiritual. Lo material es cambiante y perecedero. Buen verano.
ResponderEliminarIgual soy yo o que agregas elementos que me son extraños, pero me da la impresión de que la estructura del texto confunde un poco.
ResponderEliminarHola Arturo, debería saber cuales son los elementos extraños para ti, que te hacen confuso el texto.
EliminarAbrazo,
Espero de todo corazón que tú deseo se cumpla. Bello relato, besos.
ResponderEliminarMe intriga saber como van vestidos los Reyes Magos allá donde la calor aprieta y el verano se asoma. Es un detalle menor. Lo importante es que son portadores de ilusión, encargados de hacer realidad los sueños de los más pequeños y de los que ya no lo somos tanto.
ResponderEliminarEncantado de volver a reencontrarme contigo, Ceci.
Un abrazo.
Van con las mismas ropas, supongo que con telas más livianas e igual los buenos vecinos les ofrecen agua. Nuestro compañero Demiurgo, en hurlingham, una localidad de la provincia de buenos aires, si vez su entrada cuenta que ellos tienen la tradición que los bomberos desde hace 40 años van por las calles llevando caramelos y juguetes a los niños, disfrazados de Reyes.
EliminarHola Ceci, encantado de volver a reencontrarme contigo en esta casa nuestra que a todos nos acoge.
ResponderEliminarJuraría que te he dejado un comentario,, pero no lo veo. ¿los tienes moderados?.
Te decía que me llena de curiosidad saber como van vestidos los Reyes Magos por esas latitudes donde la calor aprieta. Es un detalle sin importancia. Lo importante es que son portadores de ilusión, cumplimentando los sueños de los pequeños y de los que ya no lo somos tanto.
Un abrazo.
Hola Pepe, gracias por pasar, un placer ver que hayas publicado, creo que ser juevero es un sentimiento como bien se dice y es cierto, aunque no participemos de alguna manera siempre estamos cerca, y nos da alegría.
EliminarSi, modere comentarios, porque a veces hay como en la vida misma comentarios que son para restar que para sumar y le hice caso a la amiga Moni, de pasar de ellos.
Un abrazo inmenso,
Desde luego sería precioso encontrarte los cerca del obelisco... Qué bonito texto. Me encantó. Un abrazo Cecy
ResponderEliminarQué lindo sería eso Cecy, encontrarlos allí frente al obelisco, ¿por qué no?, siempre hay que mantener viva la ilusión, feliz día de reyes.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
seguro que si te los encuentras, al día siguiente los niños no andarán descalzos.
ResponderEliminarCoincido en lo reconfortante que es pasear por la ciudad desierta y las pocas oportunidades que hay.
aBrazooo, Cecy
Hola Cecy, hermoso imaginarse contigo ese cinco de enero veraniego, en Buenos Aires, me has puesto enseguida a soñar. Descolocada me ha dejado el final al pensar también en los niños descalzos, tan inimaginable y sin embargo, por lo que cuentas real. Qué tristeza de mundo y sin embargo, no podemos dejar de soñarlo y trabajar para que esos niños reciban zapatos y todo lo necesario para sus vidas. Un abrazo. Esther.
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