Relato de los jueves: "en un abrir y cerrar de ojos

Inés del alma mía – Isabel Allende - Pág. 155

 

Juega boca juniors en el estadio de la bombonera. La final de la copa. Ana estaba nerviosa porque era la primera vez que iba a ver jugar a su equipo. Después de tantos años se abrían las puertas de los estadios dando el ingreso de los espectadores.

Sebastián su mejor amigo, le había mandado una camiseta de regalo de cumpleaños y las dos entradas para que ella eligiera con quien ir. El destinatario todos sabían quién sería, la persona que desde niña le contaba las más divertidas historias mientras juntos miraban los partidos.

Esa tarde salieron con su abuelo, caminaron por las calles aledañas a la bombonera, pasaron por los puestos de comida rápida, hicieron la cola de entrada, los palparon por seguridad, presentaron sus entradas y al pasar los molinetes caminaron por los pasillos hasta la puerta que los llevaría a los asientos asignados.

Todo era sorpresa, adrenalina para Ana y emoción para su abuelo que no se perdía detalle de la mirada de su nieta. Dentro del estadio era un murmullo que jamás había escuchado. Pero nunca imagino la pasión que se puede vivir, cuando “la 12” la barra agitaba las banderas, los bombos y los cantos para incentivar a su equipo, sintió por vez primera eso que siempre había escuchado decir: “la bombonera vibra”.

Ese sábado salieron campeones, Ana y su abuelo se estrecharon en un abrazo histórico, y lo que vieron a continuación de la 12 quedaría guardado en su corazón: “Entonces estos vándalos invencibles, que no conocen el miedo ni de nombre, se echaron a lloriquear como criatura de pecho”.

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