Relatos de los jueves: Objetos antiguos
La
abuela Antonia si sabía, porque a ella no se le escapaba absolutamente nada.
Sabía perfectamente quien era quien y hasta de cada amigo de los amigos de sus
hijos y nietos. ¡Ojo! Que nunca fue metiche, en realidad no le hacía falta.
Ella, siempre fue una gran oyente, creo que por eso era tan querida.
En la
tarde, después de cantar el cumpleaños 96 de Antonia, cortado y repartido esa
enorme torta. Cuando todos en silencio por estar disfrutando cada uno de su
porción, alrededor de esa inmensa mesa. Ana que era tan curiosa se atrevió a
preguntarle: Abuela Antonia, ¿Cómo hace para no distraerse y prestar atención a
todos los detalles?
Antonia
la miró con una gran ternura, respiró profundo, se tomó un momento para mirar a
cada uno, y, estas fueron sus palabras: “a mis tantos años, he vivido y visto
muchas cosas, entre tantas alegrías, perdidas, momentos difíciles y también feliz
como este, me ha acompañado esa radio que ven ahí, grandes avances y retrocesos
que trajo la tecnología mis queridos. Pero jamás vi hacer algo tan superior
como la radio, que es una compañera ideal, que nunca te alejara de las cosas
importantes, como mirar y escuchar a cada uno de ustedes, sin tener la
necesidad de apagarla.
Una mujer sabia, nada como la radio para entretener y hacer mucha compañía.
ResponderEliminarHa elegido un objeto que durante mucho tiempo fue el que reunía a las familias bajo una mesa camilla escuchando esos seriales que tanto gustaban a nuestras madres.
Un fuerte abrazo, feliz semana, Cecy
Hola Cecy. Y que razón tenía tú abuela. Recuerdo a mi madre con la radio encendida, oyendo su programa favorito mientras radiaban la novela "Simplemente María" y al mismo tiempo respondiendo a cualquier pregunta que le hacías sin perder el hilo de la novela. Y es que la radio es una compañera fiel y leal como decía tu abuela.
ResponderEliminarUn relato emotivo y entrañable que me ha traído muchos recuerdos de mi niñez. Qué tiempos!!!
Un fuerte abrazo
Muy buen relato. La radio no entretiene la mirada, permite seguir haciendo, pudiendo ser como un sonido de acompañamiento. Y enseña muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo, y por la radio, que sigue viva a pesar de las pantallas.
La radio como el radio, une la superficie con el centro.
ResponderEliminarUn saludo
¡Lo que alucinaría ahora la abuela Antonia con un ordenador o un móvil! Me ha encantado la ambientación tan tierna de tu relato.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a la radio hemos vivido momentos difícilmente olvidables. En mi caso, escuchaba una serie de Radio Nacional titulada: Tirant lo Blanch, en su adaptación por capítulos de la conocida novela del Siglo de Oro valenciano. Me servía de muy valiosa compañía mientras me preparaba exámenes justo después de comer, cuando la digestión manda y el cerebro pide un poco de tregua.
ResponderEliminarMe ha encantado tu descripción de la abuela y el resto del ambiente.
Enhorabuena.
Que gran verdad! Que sabiduria la de la abuela Antonia! Y la radio siempre es una fiel y agradable compañía! Un abrazote!
ResponderEliminarLa abuela Antonia era savia!! La radio siempre ha sido una compañera incondicional. Besos.
ResponderEliminarMe ha encantado ese ambiente entrañable, familiar alrededor de la abuela. ¡Qué importantes son las abuelas!. La radio y sus retransmisiones eran motivo de unión alrededor de ella, de teertulia y convivencia.. Una gran compañera para combatir la soledad.
ResponderEliminarUn saludo.
La radio también me trae muchos recuerdo porque mi padre era un gran oyente. Buena aportación, Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Una mujer mayor, con esa sabiduría popular, que no engaña.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola, Cecy! Un gran homenaje a la radio, justamente una frase parecida a la que pones al final me dijo una persona de 88 años el otro día, la radio le hace compañía. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Qué sabia realmente la abuela Antonia, me gustó mucho tu historia, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
ni madre siempre recuerda quien tuvo la primera radio del pueblo, como u acontecimiento mucho mayor de quien tuvo la primera tele. También cuando mi tío trajo una cuando fue a la mili.
ResponderEliminarme encanta " metiche" aunque por aqui no se usa. es muy gráfica. sin buscarla se sabe lo que significa.
besooo, cecy
Me has hecho reír, porque es verdad, la radio no se apagaba nunca y a pesar de eso, las conversaciones no perdían el hilo para unir a las familias
ResponderEliminarMuy Bueno tu relato.
Puede ser que la radio hiciera a las personas mejores oyentes ;)
ResponderEliminarMe encantó tu relato, Cecy.
Un besazo enorme y feliz comienzo de semana
Mi padre hablaba que se reunían a escuchar las ultimas noticias de la segunda guerra y discursos de Hitler que oparecían verdaderas maquinas del terror.
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