relatos de los jueves: rincones
Llegue a la ciudad como cualquier chica del interior que
se cría en una familia humilde, apenas podían alimentar a tantos hermanos.
Cumplí mis 16 años y le dije a mi madre que vendría a probar suerte a la ciudad
con el don que dios que había obsequiado. Ella me despidió con lágrimas en los
ojos, aun la recuerdo frotando su delantal.
Me instale en una pensión de mala reputación, el salario
que recibía en mi primer trabajo de la panadería, no me alcanzaba más que pagar
una cama de habitación. Ante toda la adversidad, reconozco, que no todo fue
malo. Las mujeres que se ganaban la vida poniéndole precio a sus encantos, me
cuidaron, me protegieron, y hasta me ayudaron a conseguir mi primer lugar donde
cantar.
El casco de la ciudad era el más famoso del mundo. Por
aquí venían artistas de renombre, se paseaba las gentes de la alta sociedad.
Los espectáculos eran diversos, y algunas otras cosas no muy santas. El casco
se dividía entre el brillo de la noche iluminada por los faroles y carteles
donde se reflejaba los que vestían de gala. Pero también era el antro donde se
cocinaban los negociados más sucios a la sombra de todos.
Como todo lo que la vida nos presenta, a veces no vemos
lo oscuro, vemos lo que el día nos muestra, o a través de la luz de un farol lo
que nos refleja.
Me enamoré del dueño del bar-teatro donde cantaba cada
noche, donde me hice conocida por mi prodigiosa voz y según muchos de una
belleza singular. Él también se enamoró de mí.
Ganaba lo suficiente para enviar dinero a mi madre, me
había ganado el afecto de una sociedad, aunque hipócrita, no me rechazaba y
estaba el, que cuidaba de mí.
Hasta la noche que un mal negociado dejo todo a la luz,
él se escapó en la madrugada con toda la fortuna que había juntado de la venta armas,
su mejor amigo me recogería en la puerta de emergencia del teatro, para
llevarme a su encuentro. Pero unos hombres esperaban en la oscuridad, donde
dispararon a mansalva.
En fin, ninguno de los diarios de prestigio escribió de
mi voz. Solo fui una sombra más en un rincón.
Mas rincones en casa de nuestra amiga Moni
Llegas al rincón de ese anonimato tra suna historia fascinante, y un barrio que siendo de mala muerte cobijó a tu protagonista.
ResponderEliminarMe ha gustado imaginar leyendo. Un abrazo
Vaya, parece que la imagen nos trasmitió desgracias . Será porque la oscuridad y el vacío nos trae pensamientos negativos o al menos no alegres.
ResponderEliminarUna historia donde la mujer perdió parte de ella , y no se le reconoció el talento que pudiera tener.
Un besote, y el próximo relato dejamos las tristezas a un lado y nos vamos a por las alegrías ajjaj. más besos.
Que pena llegar a caer en ese antro que aunque le dio postín y dinero, después fue su tumba. Muy triste. Y aunque no lo parezca es la triste realidad de algunas mujeres que caen en las garras de tipejos de esa calaña. Buen texto. Un abrazo
ResponderEliminarTriste destino el de tu personaje, Cecy. Más allá de sus sueños y talentos, la oscuridad de ese ambiente marginal logró tragarla. Un relato muy propicio a la imagen disparadora que elegiste. Un abrazo y muchas gracias por participar
ResponderEliminarUna historia con final triste pero que tiene muchas cosas bellas, a pesar de que el lugar donde parece pasar todo da escalofríos. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarHola Cecy. Tanto pasar fatigas toda la vida persiguiendo el sueño de ser cantante, para acabar muerta a balazos en una esquina oscura.
ResponderEliminarQue triste.
Un abrazo.
Hermoso tu relato, lamentablemente no termino bien, ella inocente se enamoró del hombre equivocado, pero el amor es así uno no elije de quién enamorarse.
ResponderEliminarMe gustó mucho, un abrazo.
PATRICIA F.
Un relato muy oscuro que el triste final lo hace desgraciamente muy real! Un abrazote!
ResponderEliminarMe ha impactado la frase final.
ResponderEliminarUn triste relato muy bien contado y terminado con brillantez.
Besos
Hola, Cecy, qué pena de chica, la pobre fue de desgracia en desgracia, pero me encanta cómo lo has escrito y esa frase final te ha quedado genial: una sombra más en un rincón, está muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Un relato lleno de rincones explorados a través de las vivencias. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Tu relato me acerca a esas historias de novela negra donde aparecen ambientes sórdidos y cafés de mala muerte, nunca mejor dicho. Describes muy bien el barrio donde se aloja la gran cantante, finalmente caída en el olvido.
ResponderEliminarTe felicito.
Mi aportación para este reto es:
https://marcosplanet.blog/la-formula-de-la-inmortalidad/
Gracias de antemano por dejar tu opinión.
todo final triste conlleva una vida frustrada, bien pintado el escenario de ese mundo turbio Un abrazo
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