Relato de los jueves: Cruzando el puente
Todas
las tardes de mi infancia al salir de la escuela, mi abuela “Pierina” me pasaba
a buscar, solo algunas veces cuando mis padres les permitía el trabajo, también
me recogían. Pero con “Pierina” íbamos de paseo al río, se encontraba a unas
pocas cuadras de nuestra casa. Nos sentábamos en una banca que estaba cerca del
puente y la vieja carretera.
Muy
pocas personas transitaban por ahí, algunos sábados hallabas algunas familias
que habían salido de picnic, cuando el día se ilumina de sol.
Sin
embargo, nosotras pasábamos una o dos horas jugando. Imaginando que podría
pasar al cruzarlo. Un puente muy viejo construido en madera y hierro, que ya
nadie transitaba por miedo a que se derrumbase. A nosotras nos gustaba ir, y
que fuera tan antiguo y hermoso, nos inspiraba a contar historias, inventamos
cada tarde una nueva. Como si el puente al cruzarlo nos llevaría a un lugar en
el tiempo, distinto al nuestro.
Una
tarde fue asombrosa, cuando ella comenzó a cantar, y con tal dulzura interpretó
parte de una de las canciones del Mago de Oz, su voz se potenció tanto que, sin
darnos cuenta, el lugar comenzó a poblarse de la gente que vivían cerca.
Bailábamos como si fuéramos los protagonistas de la película, y muchos se nos
unieron, fueron momentos muy divertidos.
Esa
noche después de bañarme y cenar, me acurruque a su lado, y estábamos tan animadas
por lo vivido, que volvimos a interpretar parte de la canción y el baile para
mis padres. Y cuando el cansancio cedió me dormí entre sus brazos. Estaba muy
cansada y feliz, como ella.
Y
hoy, muchos años después lo sigo recordando con la certeza que ese puente de alguna
manera lo hemos cruzado.
Ese
puente nos llevaba cada tarde al país de mi abuela y mío, donde todo era
posible.
Precioso, ese puente era el camino para seguir con la abuela cantarina, y seguro que amorosa.
ResponderEliminarMe encantó. Un fuerte abrazo
Un puente lleno de recuerdos agradables y felices. Buen aporte, Cecy. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Hola cielo... Sin duda las sensaciones de la protagonista son de una belleza increíble y su frase ...
ResponderEliminar«Como si el puente al cruzarlo nos llevaría a un lugar en el tiempo, distinto al nuestro».
Para finalizar explicando que años después aún sigue recordando ese puente donde ella y su abuela daban rienda suelta a su imaginación. Me encanta. Un abrazo
Un relato precioso que narra una anécdota mágica entre una abuela y su nieta. Por mi ciudad también pasa un río, hay muchos puentes y desde pequeña adoro pasear por la ribera. Con una amiga, también solíamos bailar por los caminos al estilo de Dorothy en el Mago de Oz ;)
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=yt9aHzp4_xY&ab_channel=MorchelaLepistaNuda
Un besazo, Cecy
Beautiful blog
ResponderEliminarBeautiful blog
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ResponderEliminarHola Cecy, ¡qué bonito! Un puente al país de su abuela, a ese al que muchos nos gustaría poder llegar de nuevo. Muy bonito, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Que precioso relato y que linda relación entre nieta y abuela! Gracias por sumarte, besos.
ResponderEliminarSin duda alguna el puente ha hecho su mejor papel, enrocarse en el pensamiento tuyo y en el de tu abuela y seguir viviendo en la lejanía en el lugar que vosotros habitéis.
ResponderEliminarLa conexión con los abuelos es muy especial, Cecy Los niños y niñas que hemos podido disfrutar de ellos somos afortunados.
ResponderEliminarHas escrito un relato precioso. Sin duda ese puente te va a llevar siempre al recuerdo de "Pierina".
Muy bonito texto.
Un abrazo. :-)
Interesante planteo. Un puente que ya nadie cruza, por no ser seguro. Pero que está presente, despertando la imaginación.
ResponderEliminarY ha llegado a una historia inolvidable, que la protagonista recuerda al volver.
Besos.
El puente como nexo entre los recuerdos y la vida. El aroma de la abuela y sus historias, su pasión. La alegría de la nieta al recordarlo y así, revivirlo.
ResponderEliminarEs una historia preciosa, Cecy. :-)
Un beso enorme.
Un bonito relato de recuerdos de tiempos lejanos, recordados con sumo cariño. Un abrazo.
ResponderEliminarUn precioso relato, un puente único que une los recuerdos de los momentos más hermosos vividos en la infancia, me encantó, un placer leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
el puente alto, asi le llamábamos tenia mala fama. Era lugar de suicidios de la gente desesperada del pueblo. Por eso por su fama, en algunas noches del verano nos reuniamos alli, sentados en el petril y contabamos historias de miedo, de lobos salvajes, de ahorcados. Eramos adolescentes y pasabamos la botella de ginebra para enaltecernos. Bueno, tambien servia para que las chicas con aquello del terror se acurrucaran contra nosostros y la verdad, nos venia bien No cabe duda que los puentes unen Un abrazo
ResponderEliminarQué linda manera de evocar esa tarde y recordar lo vivido con tu abuela. Muy mágico y entrañable, Cecy. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso recuerdos y más en esa etapa de la niñez que todo es mágico.Las abuelas dan mucho cariño y eso es eterno.
ResponderEliminarEsos recuerdos nos alimentan de por vida.
Un abrazo estimada,Cecy