Relato de los jueves: ¡Cuando el diablo mete la cola!

Sabía más por intuición que por certeza, que esto podría ocurrir. Recuerdo que entre al negocio que venden todo tipo de artículos, todo lo que se te ocurra, lo puedes encontrar o simplemente lo que necesites. No necesitaba nada, pero me gusta fisgonear, me da un cierto placer ver qué cantidad de cosas inútiles, a veces uno compra, solo por calmar alguna ansiedad o angustia del momento, lo cierto que no tenía dinero para destinar a esas trivialidades. Antes de salir pase por un pasillo donde posaban varias estatuillas de diferentes animales, varios tamaños y colores. Una en especial me llamo la atención, me quede mirándola por su mirada y ojos cautivantes, de un azul profundo. La hubiera comprado, pero no tenía ni una moneda. Me sentí tan miserable y por primera vez, se me cayeron las lágrimas de bronca, sentí ganas de salir corriendo. Al pasar por la puerta de entrada, la chicharra comenzó a sonar. Mi mente decía: ¡Mierda, Mierda! No puede estar pasando. Me pidieron revisar m...